El contenido propuesto son tres videoclips realizados por equipos audiovisuales residentes todos ellos en la ciudad de Valencia. El primero Canción Total, extraído de nuestro primer LP «40 años de éxitos del posfranquismo español». Los otros dos, Todo el mundo lo canta y En el umbral, extraídos de nuestro EP «El auge de la extrema pereza».

Canción total es una canción escrita en 2005 y que popularizaron Maria Arnal i Marcel Bagés muchos años después. La letra alude precisamente a aquellos años de Guerra contra el Terrorismo y el videoclip trata de representar esa ambigüedad temporal entre la vida post 11-S y la actual.

Todo el mundo lo canta parte de un poema mío también así titulado, incluido en «La pasión del hijo apático» (2015), y cuya letra ha sido modificada para convertirla en canción.

En el umbral parte de un poema también incluido en el susodicho poemario y recapacita sobre mis breves experiencias en el barrio de La Coma, en Paterna.

La adaptación musical es colectiva, con la dirección de Pau Miquel Soler. La guionización de los videos ha sido en colaboración con los diversos equipos audiovisuales, que por razones solidarias siempre se prestaron a trabajar y a llevar adelante la producción en la precariedad habitual en nuestro negocio.

Autoría:

Las Víctimas Civiles nacieron en una antigua caserna okupada de la Guardia Civil, en la Barceloneta, en el año 2003, durante las multitudinarias protestas contra la Segunda Guerra de Irak. Aquel edificio, uno de los múltiples usurpados por el colectivo Miles de Viviendas a lo largo de su historia, albergaba a varios inmigrantes valencianos, entre ellos, Marc Sempere y Pau Miquel Soler, miembros del grupo de combat-rock Jalea Real. La llegada a la casa del poeta también valenciano Héctor Arnau supuso una comunión en el exilio que provocó un improbable pacto: en un futuro no menos probable, Héctor, con sus poemas y Pau Miquel, con sus ritmos, darían a luz un disco cuyo nombre ya era entonces “40 Años de Éxitos del Posfranquismo Español”. Muchísimas lunas después, tras diversas tentativas artísticas, Arnau, con varios poemarios publicados y llevados a escena y Soler, con la experiencia como líder de Arthur Caravan, retomaron la antigua promesa y se aliaron con los compañeros “caravanianos” Pau Aracil y Toni Blanes, y el trompetista del grupo Polonio, Ernest Aparici, para ensamblar una banda de punk-rock carnavalesco que aunara los deseos musicales más lúdicos con letras líricas y/o humorísticas, siempre descarnadas en la crítica. Con unos meses de retraso respecto a las peores de las profecías, y con la sombra aún larga y pesada del dictador sobre la convivencia político-social en estas tierras, aquí están estos éxitos del posfranquismo patrio que pretenden instruir y hacer bailar a un mismo tiempo tanto a las clases populares como a los intelectuales más circunspectos.